jueves, 18 de julio de 2013

LA VERDAD ACERCA DE LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO

Uno de los misterios de estos últimos días es el rechazo de muchos hombres y mujeres, bien educados bíblicamente y temerosos de Dios, a aceptar el testimonio de la Biblia de que habrá una literal y efectiva segunda venida del Señor Jesucristo, cuando la evidencia gráfica esté disponible.
Muchos cristianos siglo XX y del presente descartan el Antiguo Testamento y sus profecías acerca de la segunda venida del Señor, porque estiman que el Antiguo Testamento es anticuado y está pasado de moda, y es de poco uso para hombres y mujeres 'modernos y pensadores' de este siglo. Sin embargo, al descartar el Antiguo Testamento, ellos van más allá e ignoran la vital y clara evidencia del Nuevo Testamento. Examinemos, pues, brevemente la evidencia del Nuevo Testamento acerca de la venida del Señor.

El día mismo en que el Señor Jesús ascendió al cielo, "dos varones [¿ángeles?] con vestiduras blancas" se pusieron junto a los discípulos y les declararon solemnemente: "Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo" (Hechos 1:10-11). La evidencia es segura y cierta; los discípulos vieron a Jesús ascender corporalmente al cielo y la evidencia positiva es que regresará de la misma manera.
El Señor Jesús no nos deja en duda acerca de su segunda venida, porque leemos en Mateo 16:27: "El Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras". El galardón del cual habla Jesús es aquel acerca del cual escribió Pablo: "La dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 6:23). Para mayor seguridad de que entendemos este sencillo concepto, el Señor Jesús escribió por medio del apóstol Juan en Apocalipsis 22:12 - "He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra". A la vista de semejante abrumadora aunque sencilla prueba, ¿cómo podemos dejar de aceptar la realidad de que la segunda venida del Señor Jesús es una de las promesas básicas de la Escritura? El Nuevo Testamento confirma al Antiguo; Jesús confirma a ambos.

PROFECÍAS ACERCA DE SU PRIMERA VENIDA

La Casa de Israel siempre entendió, por sus libros de la Ley, los Salmos y los profetas, que vendría el Mesías; era una promesa básica de su Dios, y Malaquías, el último profeta de los días del Antiguo Testamento, les escribió, diciendo: "Vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel de pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos" (Malaquías 3:1).
Algunas de las pruebas más dramáticas de la segunda venida del Señor (y en verdad de su segunda venida), se hayan en Isaías 7:14 y 9:6-7. "El Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel". El dramático cumplimiento de estas promesas se perdió en Israel; porque ellos estaban a la espera de un poderoso 'Mesías guerrero y libertador', no al "Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo" (Apocalipsis 13:8). Lamentablemente, Israel volvió temporalmente la espalda al único que sería su libertador.

PROFECÍAS ACERCA DE SU SEGUNDA VENIDA

Una de las profecías más dramáticas acerca de la segunda venida del Señor, fue suministrada por el Señor Jesús a Juan, quien escribió acerca de ella en Apocalipsis 1:7 - "He aquí que viene con las nubes, y TODO ojo le verá, y los que le traspasaron; y TODOS los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén".
Hay muchas teorías confusas referente a la segunda venida de Jesús, pero esta evidencia es irrefragable. Él viene de nuevo y TODOS le verán y sabrán que es él, incluyendo a Israel y Roma. También, todas las naciones de la tierra finalmente "harán lamentación por él" y lo aceptarán como Rey y Gobernante.
El apóstol Pablo describe la segunda venida del Señor Jesús: "Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche (inesperadamente) [...]. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón" (1 Tesalonicenses 5:2-4). El hecho mismo que Pablo señalara a los tesalonicenses que ellos 'no estaban en tinieblas' destaca la realidad de que algunos sí lo estarían, y que el estado de incredulidad está muy difundido entre las comunidades religiosas que están a la espera de su 'galardón' en el cielo, no 'en Cristo' en la tierra. Lea el cántico de los redimidos: "Y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos SOBRE LA TIERRA" (Apocalipsis 5:10).

¿POR QUÉ ES NECESARIO QUE ÉL VENGA?

En Lucas 17:27 encontramos firme evidencia suministrada por el Señor Jesús, acerca del diluvio de los días de Noé, que le sobrevino a la tierra por causa de la iniquidad del género humano y su rechazo a aceptar los sencillos conceptos de justicia del Padre. El apóstol Pablo, en 2 Tesalonicenses 1:7-8, habla de un segundo desastre que vendrá sobre la gente y las naciones que de nuevo rehúsen obedecer al llamado del Padre a la sencilla justicia: "Cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que NO CONOCIERON A DIOS, NI OBEDECEN AL EVANGELIO DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO; los cuales sufrirán pena de eterna perdición". PERO no todo es lúgubre y fatal. Apocalipsis 20:4 nos da un atisbo de muchos que, según se describe en Hebreos 9:28, están a la espera de la segunda venida del Señor para salvación: "Y vivieron y reinaron con Cristo mil años". Estos son aquellos que han sido rescatados de la muerte eterna por medio de la creencia, fe, obras, y bautismo en el nombre salvador del Señor Jesucristo.

¿CUÁL SERÁ LA FUTURA MISIÓN DE CRISTO?

El Cordero de Dios que vino a los suyos y ellos "no lo recibieron" (Juan 1:11), es aquel al cual se le dará "el trono de su padre David" (Lucas 1:32). El manso y dulce nazareno, que "no abrió su boca" (Isaías 53:7), es el único que "rugirá desde Sión" (Joel 3:16). En el día en que el Señor Jesús fue crucificado, "la tierra tembló, y las rocas se partieron" (Mateo 27:51), y en el día en que él regrese para "recibir el reino" (Lucas 19:15), habrá un poderoso terremoto en la Tierra de Israel y "el monte de los Olivos se partirá por en medio" (Zacarías 14:4). El profeta Miqueas describe lo que sucede cuando "la casa de Jehová será establecida [en Jerusalén] [...]. Vendrán muchas naciones [...] porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Y él juzgará entre muchos pueblos [...], y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedentre" (Miqueas 4:1-4).

SU SEGUNDA VENIDA Y SU SIGNIFICADO PARA NOSOTROS

En el cuarto párrafo de este artículo, citamos: "La dádiva de Dios es vida eterna" (Romanos 6:23), y las palabras de Jesús en Apocalipsis 22:12: "He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra". Una vida de devoción al Padre y a su Hijo puede resultar en la dádiva de la inmortalidad. La Biblia muestra concluyentemente que en el presente no tenemos ni una chispa de inmortalidad, pero el Señor Jesús puede traérnosla cuando venga. "Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria" (Colosenses 3:4). La evidencia y promesa de su venida no puede ignorarse.
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