Muchos,
actualmente, desean ser miembros de la “iglesia verdadera”. El problema
es que cada iglesia se califica como tal. Esto ha generado confusión en
muchos; a tal punto que varios no quieren saber nada con asuntos
religiosos.
Lo
interesante, es que Apocalipsis 12 al 14 revela que Dios ha levantado a
un pueblo con la verdad presente. A este pueblo o iglesia se lo llama Remanente. Como el anticristo fomentará una falsa adoración, Dios vio necesario tener un pueblo para contrarrestar al enemigo.
Es
asombrosa la sabiduría divina. Para que nadie se confunda ni elija mal,
Dios reveló, en Apocalipsis 12 al 14, las características del pueblo de
Dios del tiempo del fin. Con estas, la elección será más fácil. Las
características son las siguientes:
(1) Aparece después de 1798 DC (12:17).
(2) Es perseguido por Satanás (12:17; cf. cap. 14)
(3) Guarda los diez mandamientos (12:17; 14:12).
(4) Tiene fe en el “testimonio de Jesucristo” (12:17; 13:10; 14:12; cf. 19:10).
(5) Posee un mensaje basado en los libros de Daniel y Apocalipsis (cf. cap. 10; 14:6-12).
(6) Cree y proclama las verdades bíblicas que están en los Mensajes de los tres ángeles de Apoc. 14:6-12.
(7) Permanece fiel hasta cuando Cristo venga (14:12; 14:1-5).
Apocalipsis
12 al 14 no solo revela las características que posee el remanente,
también señala las creencias básicas que este profesa. Véase la
siguiente lista:
(1) Adoración al único Dios (14:7)
(2) La salvación (el “evangelio eterno”, 14:6)
(3) El santuario celestial (11:19)
(4) El juicio pre advenimiento y la segunda venida de Cristo (14:7)
(5) El sábado (14:7)
(6) Los diez mandamientos (12:17; 14:12)
(7) El don profético (12:17; 14:12; cf. 19:10)
(8) La creación (14:7)
(9) La santificación (14:7; cf. 12:17; 14:12).
En
primer lugar, estas características y verdades revelan que el remanente
de Apocalipsis 12 al 14 no es invisible, mucho menos que está disperso
en distintas religiones. Como se sabe, casi todo el protestantismo ha
rechazado la ley de Dios, el santuario celestial, la creación, el
sábado, etc. Si se acepta que el remanente está en todas las iglesias
protestantes ¿Por qué estas iglesias rechazan las verdades que el
remanente de Apocalipsis cree y proclama? Por estas características y
doctrinas, el remanente es visible, distinguible y fácil de reconocer.
Ekkehardt Müeller indica:
Las
características bíblicas no nos permite extender al remanente a
diversas denominaciones Cristianas […] un número de consideraciones nos
dirige a la conclusión de que el remanente de Ap 12:17 debe ser más que
creyentes independientes dispersos el uno del otro.[1]
En
segundo lugar, estas características ayudan a comprender la importancia
del conocimiento bíblico en la adoración verdadera y en la elección del
remanente. Por una parte, no podemos decir que somos verdaderos adoradores si no conocemos y practicamos la verdad (“Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorarle en espíritu y en verdad” [Jn. 4:24]). Lo bueno es que la verdad, como conocimiento, se encuentra en la Biblia (la verdad, como persona y fuente, es Cristo [Jn.
14:6]). De esta manera, la Escritura es el único fundamento para la
verdadera adoración. Por otra parte, Dios siempre ha depositado la
verdad en su pueblo (Rom. 3:2). Si alguien deseaba pertenecer a este
pueblo, solo debía reconocer su profesión de fe.
En el tiempo del fin, sucede lo mismo. Dios levantó a un pueblo, una iglesia, con laverdad presente fundamentada en las Escrituras. Richard Lehmann declara: “El
remanente es un remanente santo, reconocible, debido a la fidelidad del
grupo a la larga tradición profética sostenida por la Escritura”.[2] Como
el anticristo volverá a pisotear la verdad y fomentará una falsa
adoración, Dios puso a su remanente para restaurar la verdad, fomentar
una adoración teocéntrica y preparar a un pueblo para la segunda venida
del Señor Jesucristo. Clifford Goldstein señala:
¡Con razón el
Señor tuvo que levantar una iglesia con la verdad presente! Con
doctrinas que abarcan desde una vez salvo, siempre salvo, hasta la idea
de que Adán era un dios, y desde el rapto anterior a la tribulación hasta el tormento eterno en el infierno, Jesús necesitaba tener un cuerpo religioso que predicara doctrinas puras. De otro modo ¿Cómo podría nadie ser preparado para la segunda venida?[3]
La misión del remanente
La
Biblia registra que Dios es misericordioso y justo. Por una parte, él
es misericordioso al mostrar amor y brindar salvación a los pecadores.
Por otra parte, él es justo al librar a su pueblo de los enemigos y al
actuar de manera equitativa.
En
un extremo, muchos creen que Dios no es justo, y que él solo es
misericordioso. En el otro extremo, están los que piensan que el creador
no es misericordioso ni cercano; más bien, solo ordena destruir o
permite la muerte de muchos seres humanos.
Por
más que existan críticas a nuestro Dios, él siempre ha demostrado ser
justo y misericordioso. Nadie puede negar sus obras salvíficas en favor
del pecador. Y si alguna persona llegó a perderse, fue porque este
decidió continuar en el pecado.
En
la crisis final, antes de la segunda venida de Cristo, Dios hará el
último llamado al arrepentimiento. Como antes de la parusía se terminará
el tiempo de gracia y se sellará a los escogidos, el Espíritu Santo
trabajará por medio de su pueblo para guiar a Cristo a todos los
moradores de la tierra. Tal predicación –la última invitación– se llama:
“El fuerte pregón”. Después de este último llamado, “que el injusto siga haciendo injusticias […] y que el que es santo siga guardándose santo” (Apoc. 22:11).
El mensaje del remanente
Lo que se proclamará en el fuerte pregón, serán Los Mensajes de los tres ángeles de Apococalipsis 14:6-12 (incluyendo la extensión del mensaje del segundo ángel [18:4]):
Y vi volar en medio del cielo a otro ángel que tenía un evangelio eterno […]
Temed
a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; adorad
al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación.
Salid
de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni
recibáis parte de sus plagas (extensión del segundo ángel).
Si
alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe una marca en su frente
o en su mano, él también beberá del vino del furor de Dios, que está
preparado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y
azufre delante de los santos ángeles y en presencia del Cordero […] Aquí
está la perseverancia de los santos que guardan los mandamientos de
Dios y la fe de Jesús.
En
primer lugar, el mensaje principal del fuerte pregón es salvífico. Dios
continuará invitando, a través de su remanente, a aceptar a Cristo como
salvador y juez. Al hacerlo, el pecador es redimido de la iniquidad y
es declarado justo. En el contexto de la crisis final, aquellos que
acepten a Cristo como redentor, recibirán el sello de Dios.
En
segundo lugar, estos mensajes invitan a salir de Babilonia para no
seguir en su pecado ni en la confusión doctrinal. Este sistema apóstata
embriaga a las naciones con falsas enseñanzas, con el objetivo de que
estas no acepten el poder salvífico de Dios ni las verdades expresadas
en la Biblia.
En
tercer lugar, estos mensajes anuncian el juicio a Babilonia y su
destrucción total (Apoc. 16:19; 18:10, 21), el cual se realizará en el
“juicio a la ramera” (18:21-24). Este tiene como objetivo indicar que
Babilonia está condenada. A pesar de su existencia, ella ya obtuvo la
condena eterna y todo aquel que permanezca en ella, será destruido
(14:10).
Invitación divina
De
acuerdo con Apocalipsis 12 al 14, el que predica este triple mensaje es
el remanente de 12:17 (cf. 13:10; 14:12). Según el registro bíblico,
este remanente ha sido llamado para: (1) guiar a Cristo a los moradores
de la tierra, (2) ser una luz en el protestantismo, (3) fomentar una
verdadera adoración, (4) guiar a los seres humanos a la Biblia y (5)
contrarrestar el engaño de Satanás y de sus representantes. El objetivo
principal de esta misión es guiar a todos a la salvación. El
remanente del tiempo del fin es el último enemigo del diablo, y es el
instrumento que Dios usa para completar su visión y misión redentoras.
Dios
ha profetizado, por medio de Daniel y Apocalipsis, lo que ha de suceder
antes de la parusía. Como se estudió, habrá una crisis final que
causará el anticristo. Pero, sabio y amoroso es nuestro Dios porque él
ha enviado a su remanente para presentarnos a Cristo, nuestro gran y
único sumo sacerdote (Heb. 4:15-16; 1 Jn. 2:1), y para conocer la
verdad.
Nuestro
creador no desea que nos perdamos. Él anhela vivir con nosotros por la
eternidad y quiere que, experimentando la salvación, seamos felices por
siempre. Por esta razón, Dios invita a aceptarlo y formar parte de su
remanente: la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Por
Pr. Oscar Meondoza Orbegozo
Asociación Peruana Central Sur
[1]“The End Time Remnant in Revelation”, Journal of the Adventist Theological Society 11, no. 1-2 (2000): 202.
[2]“The Remnant in the Book of Revelation”, en Toward a Theology of the Remnant, ed. Ángel Manuel Rodríguez (Silver Spring, MD: Biblical Research Institute, 2009), 102.
[3]El remanente: ¿realidad bíblica o ilusión sin base?, trad. Armando Collins (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1999), 90.
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