sábado, 27 de septiembre de 2014

LIBRES PARA ESCOGER

por Miguel A. Valdivia   


El libre albedrío es uno de los conceptos más poderosos de las Escrituras. Se lo enseña desde el relato del Edén y el árbol del bien y el mal hasta la invitación final a recobrar la vida eterna. El ser humano puede ejercer su voluntad para escoger a Dios y sus caminos. También puede escoger el rechazo de Dios y de una vida de bien. Dios no nos obliga a seguirlo o adorarlo. Dios no desea la devoción de máquinas o zombies, sino de seres libres, capaces de amarlo porque así lo desean.
Por cuanto la decisión de afiliarnos con Dios ocurre en el sagrado recinto de la mente, no hay obstáculos que puedan impedirla. Cada persona, no importa cuál sea su condición o sus circunstancias, puede aceptar la invitación de Dios.

CÓMO GUARDÓ JESÚS EL SÁBADO

por Alejandro Bullón


Ese hombre era ciego. Por más que intentase imaginar la forma y los colores del mundo, en su mente sólo aparecían sombras difusas y vagas. Era ciego. Había nacido ciego. Su vida era lúgubre y triste porque las tinieblas poseían su alma. Hacía lo que podía para sobrevivir. Sentado en alguna esquina de una calle extendía la mano a expensas de la compasión ajena.
Pero aquel día todo sería diferente, porque Jesús apareció en su vida. Y Jesús siempre hace la diferencia. Entre la luz y las tinieblas, entre la desesperación y la esperanza, entre la tristeza y la alegría, entre el vacío y la plenitud, entre la vida y la muerte, Jesús siempre es la diferencia. Es una pena que al ser humano le cueste tanto descubrir esta verdad.
El encuentro con Jesús tuvo un efecto extraordinario en la vida del ciego. De repente sus ojos se abrieron y pudo ver los colores, el brillo del sol, la belleza de la naturaleza y la sonrisa de los niños. Ese día fue el más extraordinario y feliz en la vida de aquel hombre. Tuvo ganas de cantar, de alabar a Dios y de celebrar. Sintió el deseo de agradecer y adorar, porque su vida de oscuridad, tristeza y miseria había llegado a su fin, y comenzaba a sentir súbitamente la dimensión de una vida de luz y de alegría. Nunca olvidaría aquel día. “Aquel día era sábado”, afirma el relato bíblico. Para ese hombre, el sábado siempre sería un día para celebrar y agradecer a Dios, porque en ese día había llegado la salvación a su vida.

lunes, 8 de septiembre de 2014

LA RAZON DE LA DEMORA

por  Ellen White
Postergada por misericordia.-
La larga noche de tinieblas es penosa, pero la mañana es postergada por misericordia, porque si el Señor viniera, muchos serían hallados desapercibidos. El deseo de Dios de que su pueblo no perezca ha sido la razón de tan larga demora (2T:194. Año 1868).

La obra podría haber sido terminada.-
 Si el propósito de Dios de dar al mundo el mensaje de misericordia hubiese sido llevado a cabo por su pueblo. Cristo habría venido ya a la tierra, y los santos habrían recibido su bienvenida en la ciudad de Dios (3JT:72. Año 1900). 
Sé que si el pueblo de Dios se hubiera mantenido en una relación viviente con él, si hubiera obedecido su Palabra, estaría hoy en la Canaán celestial (Boletín de la Asociación General, 30 de Marzo de 1903)