Postergada por misericordia.-
La larga noche de
tinieblas es penosa, pero la mañana es postergada por misericordia, porque si
el Señor viniera, muchos serían hallados desapercibidos. El deseo de Dios de
que su pueblo no perezca ha sido la razón de tan larga demora (2T:194. Año
1868).
La obra
podría haber sido terminada.-
Si el propósito de
Dios de dar al mundo el mensaje de misericordia hubiese sido llevado a cabo por
su pueblo. Cristo habría venido ya a la tierra, y los santos habrían recibido
su bienvenida en la ciudad de Dios (3JT:72. Año 1900).
Sé que si el pueblo
de Dios se hubiera mantenido en una relación viviente con él, si hubiera obedecido
su Palabra, estaría hoy en la
Canaán celestial (Boletín de la Asociación General,
30 de Marzo de 1903)
Satanás
nos ha sacado ventaja.-
Si todo centinela de
los muros de Sión hubiera dado a la trompeta un sonido certero, el mundo habría
oído este mensaje de amonestación. Pero la obra está atrasada en años. Mientras
los hombres dormíamos, Satanás nos ha sacado ventaja (9T:29. Año 1909).
La
promesa de Dios no ha fallado.-
Los ángeles de Dios
en sus mensajes dados los hombres representan el tiempo como algo muy corto.
Así es como siempre me ha sido presentado. Es cierto que el tiempo ha sido más
largo de lo que habíamos esperado en los primeros días del mensaje. Nuestro
Salvador no apareció tan pronto como lo esperábamos. ¿Pero ha fallado la Palabra de Dios? ¡Nunca!
Debiera recordarse que las promesas y las amenazas de Dios son igualmente condicionales.
Dios ha encomendado a
su pueblo una obra que debe terminarse en la tierra. El mensaje del tercer
ángel debía predicarse, las mentes de los creyentes debían dirigirse hacia el
santuario celestial, donde Cristo había entrado para realizar expiación por su
pueblo. Había que llevar adelante la reforma del día de reposo. La brecha
abierta en la ley de Dios debía ser reparada. El mensaje debía proclamarse en
alta voz para que todos los habitantes de la tierra pudieran recibir la
advertencia. El pueblo de Dios debía purificar sus almas mediante la obediencia
a la verdad y estar preparado para presentarse delante de él sin mancha en
el momento de su venida.
Si los adventistas,
después del gran chasco de 1844, se hubieran aferrado a su fe y hubieran ido
unidos en pos de la providencia de Dios que abría el camino, y si hubieran
recibido el mensaje del tercer ángel y si lo hubieran proclamado al mundo con
el poder del Espíritu Santo, habrían visto la salvación de Dios, el Señor
hubiera obrado con poder mediante sus esfuerzos, la obra se habría terminado y
Cristo habría venido para recibir a su pueblo y darle su recompensa. Pero en el
período de duda e incertidumbre que siguió después del chasco, muchos de los
creyentes del advenimiento perdieron su fe... En esta forma la obra fue
estorbada y el mundo quedó en tinieblas. Si todo el cuerpo adventista se
hubiera unido en torno de los mandamientos de Dios y de la fe de Jesús, ¡cuán
ampliamente diferente habría sido nuestra historia!
No era la voluntad de
Dios que se demorara así la venida de Cristo. Dios no tenía el propósito de que
su pueblo, Israel, vagara cuarenta años por el desierto. Prometió guiarlos
directamente a la tierra de Canaán, y establecerlos allí como un pueblo santo,
sano y feliz. Pero aquellos a quienes primero se les predicó, no entraron
"a causa de incredulidad" (Heb. 3:19). Sus corazones estaban llenos
de murmuración, rebelión y odio, y Dios no pudo cumplir su pacto con ellos.
Durante cuarenta
años, la incredulidad, la murmuración y la rebelión impidieron la entrada del
antiguo Israel en la tierra de Canaán. Los mismos pecados han demorado la
entrada del moderno Israel en la
Canaán celestial. En ninguno de los dos casos faltaron las
promesas de Dios. La incredulidad, la mundanalidad, la falta de consagración y
las contiendas entre el profeso pueblo de Dios nos han mantenido en este mundo
de pecado y tristeza tantos años" (1MS:78. Año 1883. Traducción revisada).
No lo culpéis a Dios.-
No lo culpéis a Dios.-
Tal vez tengamos que
permanecer aquí en este mundo muchos años más debido a la insubordinación, como
les sucedió a los hijos de Israel; pero por amor de Cristo, su pueblo no debe
añadir pecado sobre pecado culpando a Dios de las consecuencias de su propia
conducta errónea (Carta 184, 1901).
Podemos
apresurar el día.-
Mediante la
proclamación del Evangelio al mundo, está a nuestro alcance apresurar la venida
de nuestro Señor (El Deseado de Todas las Gentes:572, Año 1898).
Es privilegio de todo
cristiano, no solamente esperar, sino apresurar la venida de nuestro Señor
Jesucristo. Si todos los que profesan su nombre estuvieran llevando frutos para
su gloria, cuán rápidamente todo el mundo sería sembrado con la simiente del
Evangelio. Pronto la última cosecha sería levantada, y Cristo vendría para reunir
el precioso grano (8T:22-23. Año 1904).
Cuando
termine el mensaje.-
[La venida del Señor] no demorará más que el
tiempo que tome la tarea de presentar el mensaje a toda nación, lengua y
pueblo. ¿Olvidaremos nosotros, los que pretendemos ser estudiantes de las
profecías, que la tolerancia de Dios para con los impíos es una parte del vasto
y misericordioso plan por el cual él está tratando de lograr la salvación de
las almas? (Review and Herald, 18 de Junio de 1901).
PODER
PARA TERMINAR LA OBRA.-
Por qué
muchos han fracasado en la salvación de las almas.-
Muchos presentan las
doctrinas y teorías de nuestra fe; pero su presentación es como sal sin sabor;
pues el Espíritu Santo no está trabajando por medio de su ministerio falto de
fe. No han abierto el corazón para recibir la gracia de Cristo; no conocen la
operación del Espíritu; son como harina sin levadura; pues no hay ningún principio
activo en toda su labor, y dejan de ganar las almas para Cristo. No se apropian de la justicia de Cristo; es
un manto que no ha sido usado por ellos, una plenitud desconocida, una fuente
no aprovechada (Review and Herald, 29 de Noviembre de 1892).
Hemos
de trabajar con intensidad para impresionar a los no creyentes.
Necesitamos mayor
intensidad en la causa de Cristo. El solemne mensaje de la verdad debe ser dado
con una intensidad que impresione a los no creyentes de que Dios está obrando
con nuestros esfuerzos, de que el Altísimo es nuestra fuente viva de fortaleza
(Signs of the Times, 9 de Diciembre de 1886).
Cuando coloquemos
nuestros corazones en unidad con Cristo, y pongamos nuestra vida en armonía con
su obra, el Espíritu que descendió sobre los discípulos en el día de
Pentecostés descenderá sobre nosotros (Review and Herald, 30 de Junio de 1903).
Con el
celo de los apóstoles.-
El celo por la gloria
de Dios impulsó a los discípulos a presentar un testimonio de la verdad con grandioso
poder. ¿No debiera este celo inflamar nuestros corazones con un anhelo de
contar la historia del amor redentor de Cristo y de éste crucificado? No debe
este poder de Dios ser revelado en forma aún más notable hoy en día de lo que
fue en el tiempo de los apóstoles? (Signs of the Times, 17 de Febrero de 1914).
La
fuente de su poder.-
Después de la
ascensión de Cristo, los discípulos se reunieron en un lugar para suplicar
humildemente a Dios. Y después de escudriñar el corazón y de realizar un examen
personal durante diez días, quedó preparado el camino para que el Espíritu
Santo entrara en los templos del alma limpios y consagrados. Cada corazón quedó
lleno con el Espíritu como si Dios quisiera mostrar a su pueblo que era su
prerrogativa bendecirlos con la más escogida de las bendiciones celestiales...
La espada del Espíritu refulgió a diestra y siniestra. Dotada de un nuevo poder
penetró hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos. La
idolatría que había estado mezclada con el culto del pueblo fue
desterrada. Se añadió nuevo territorio
al reino de Dios. Lugares que habían sido improductivos y que habían estado desolados
hicieron oír sus alabanzas a él (Review and Herald, 10 de Junio de 1902).
Sintieron
la preocupación por las almas.-
Notad que fue después
que los discípulos habían logrado la perfecta unidad, y ya no luchaban entre sí
por conquistar el lugar más elevado, cuando el Espíritu fue derramado sobre
ellos. Eran de un solo sentir. Todas las diferencias habían sido puestas a un
lado. Y el testimonio dado acerca de ellos después que el Espíritu había sido
dado, es el mismo. Notad las palabras: "Y la multitud de los que habían
creído era de un corazón y mi alma". El Espíritu de Aquel que murió para
que los pecadores pudieran vivir, animaba a toda la congregación de los creyentes.
Los discípulos no
pidieron una bendición para ellos mismos. Estaban preocupados con la carga de las
almas. El Evangelio había de ser conducido hasta los últimos confines de la
tierra, y ellos reclamaban el poder que Cristo había prometido. Fue entonces
cuando el Espíritu Santo fue derramado y millares se convirtieron en un solo
día (Signs of the Times, 17 de Febrero de 1914).
La Iglesia despertada.-
Cuando tengamos una
consagración completa y sincera al servicio de Cristo, Dios reconocerá el hecho
mediante un derramamiento de su Espíritu sin medida; pero esto no ocurrirá
mientras la mayor parte de la iglesia no esté trabajando juntamente con Dios
(Review and Herald, 21 de Julio de 1896).
La tierra iluminada.-
Vi raudales de luz
que salían de las ciudades y de los pueblos, de la montaña y del llano. La Palabra de Dios era
obedecida, y en cada ciudad y cada pueblo, monumentos eran levantados a su
gloria. Su verdad era proclamada en todo
el mundo (Testimonios Selectos, tomo 5, pág. 145. Año 1909).
Veíase a centenares y miles de personas
visitando las familias y explicándoles la Palabra de Dios. Los corazones eran convencidos
por el poder del Espíritu Santo, y se manifestaba un espíritu de sincera
conversión. En todas partes las puertas se abrían de par en par para la
proclamación de la verdad. El mundo parecía iluminado por la influencia divina
(5TS:220, Año 1909).
Por
medio de instrumentos humildes.-
Cuando llegue el
tiempo de hacerlo con gran poder [la proclamación del mensaje del tercer
ángel], el Señor obrará por conducto de humildes instrumentos, dirigiendo el
espíritu de los que se consagren a su servicio. Los obreros serán calificados
más bien por la unción de su Espíritu que por la educación en institutos de enseñanza.
Habrá hombres de fe y de oración que se sentirán impelidos a declarar con santo
entusiasmo las palabras que Dios les inspire. Los pecados de Babilonia serán
denunciados. Los resultados funestos y espantosos de la imposición de las
observancias de la iglesia por la autoridad civil, las invasiones del
espiritismo, los progresos secretos pero rápidos del poder papal, todo será desenmascarado.
Estas solemnes amonestaciones conmoverán al pueblo. Miles y miles de personas
que nunca habrán oído palabras semejantes, las escucharán (El Conflicto de los
Siglos:664-665. Año 1888).
Multitudes
se unirán al ejército del Señor.-
Muchos... serán
vistos corriendo de aquí para allá impulsados por el Espíritu de Dios para
llevar la luz a otros. La verdad, la
Palabra de Dios, es como fuego en sus huesos, y los llena con
un deseo ardiente de iluminar a los que están en tinieblas. Muchos, aun entre
los indoctos, ahora proclaman las palabras del Señor. Los niños son impulsados
por el Espíritu para ir y declarar el mensaje del cielo. El Espíritu se derrama
sobre todos los que cedan a sus indicaciones, y arrojando de lado toda
maquinaria humana, sus reglas limitativas y métodos cautelosos, declararán la
verdad con el poder del Espíritu.
Multitudes recibirán la fe y se unirán a los ejércitos del Señor (Review
and Herald, 23 de Junio de 1895).
Miles
de voces hacen resonar la amonestación.-
Vendrán siervos de
Dios con semblantes iluminados y brillantes de santa consagración, y se
apresurarán de lugar en lugar para proclamar el mensaje celestial. Miles de
voces predicarán el mensaje por toda la tierra. Se realizarán milagros, los
enfermos sanarán y signos y prodigios seguirán a los creyentes. Satanás también
efectuará sus falsos milagros, al punto de hacer caer fuego del cielo a la
vista de los hombres. Es así como los habitantes de la tierra tendrán que
decidirse en pro o en contra de la verdad.
El mensaje no será
llevado adelante tanto con argumentos como por medio de la convicción profunda
inspirada por el Espíritu de Dios. Los argumentos ya fueron presentados.
Sembrada está la semilla, y brotará y dará frutos. Las publicaciones
distribuidas por los misioneros han ejercido su influencia; sin embargo, muchos
cuyo espíritu fue impresionado han sido impedidos de a entender la verdad por
completo o de obedecerla. Pero entonces los rayos de luz penetrarán por todas
partes, la verdad aparecerá en toda su claridad, y los hijos de Dios, de
corazón recto, romperán las ligaduras que los tenían sujetos. Los lazos de
familia y las relaciones de la iglesia serán impotentes para detenerlos. La verdad
les será más preciosa que cualquiera otra cosa. A pesar de los poderes coligados
contra la verdad, un sin número de personas se alistarán en las filas del Señor
(El Conflicto de los Siglos:670. Año 1888).
El descenso del
Espíritu Santo sobre la iglesia es esperado como si se tratara de un asunto del
futuro: pero es el privilegio de la iglesia tenerlo ahora mismo. Buscadlo, orad
por él, creed en él. Debemos tenerlo y el cielo está esperando concederlo.
(Review and Herald, 19 de Marzo de 1895).
La
lluvia tardía.-
Que los cristianos...
pidan con fe la bendición prometida, y la recibirán. El derramamiento del
Espíritu en los días de los apóstoles fue la lluvia temprana, y gloriosos
fueron los resultados. Pero la lluvia tardía será aún más abundante. (Signs of
the Times, 17 de Febrero de 1914).
ESTA HORA DE OPORTUNIDAD
La obra para estos días.-
El mensaje del tercer ángel está adquiriendo las proporciones del fuerte clamor y no debéis sentiros con libertad de descuidar el deber actual y aun albergar la idea de que en algún tiempo futuro seréis los recipientes de una gran bendición, cuando ocurra un maravilloso reavivamiento sin ningún esfuerzo de vuestra parte... Habéis de tener hoy vuestro vaso purificado, para que esté listo para el rocío celestial, listo para los aguaceros de la lluvia tardía; pues la lluvia tardía vendrá, y la bendición de Dios llenará toda alma que esté purificada de toda contaminación. Es nuestra obra hoy en día rendir nuestras almas a Cristo, para que estemos preparados para el tiempo del refrigerio de la presencia del Señor: preparados para el bautismo del Espíritu Santo...
ESTA HORA DE OPORTUNIDAD
La obra para estos días.-
El mensaje del tercer ángel está adquiriendo las proporciones del fuerte clamor y no debéis sentiros con libertad de descuidar el deber actual y aun albergar la idea de que en algún tiempo futuro seréis los recipientes de una gran bendición, cuando ocurra un maravilloso reavivamiento sin ningún esfuerzo de vuestra parte... Habéis de tener hoy vuestro vaso purificado, para que esté listo para el rocío celestial, listo para los aguaceros de la lluvia tardía; pues la lluvia tardía vendrá, y la bendición de Dios llenará toda alma que esté purificada de toda contaminación. Es nuestra obra hoy en día rendir nuestras almas a Cristo, para que estemos preparados para el tiempo del refrigerio de la presencia del Señor: preparados para el bautismo del Espíritu Santo...
En vez de vivir en
expectación de alguna oportunidad especial de excitación, hemos de aprovechar
sabiamente las oportunidades actuales, haciendo lo que debemos hacer, a fin de
que las almas puedan salvarse. En lugar de agotar las facultades de nuestra
mente en especulaciones con respecto a los tiempos y los sazones que el Señor
ha colocado en un solo poder y retenido de los hombres, hemos de entregarnos al control del Espíritu
Santo, para realizar nuestros deberes actuales, para dar el pan de vida, sin
ser adulterado por las opiniones humanas pereciendo por falta de la verdad
(Review, and Herald, 22 de Marzo de 1892).
Oportunidades
sin precedentes.-
En estos días de
viajes, las oportunidades de relacionarse con los hombres y mujeres de todas
las clases y de muchas nacionalidades, son mucho mayores que en los días, de
Israel. Las vías públicas se han multiplicado por millares. Dios ha preparado
maravillosamente el camino. Los recursos de la prensa, con sus múltiples facilidades,
están a nuestras órdenes. La
Biblia y las publicaciones en muchos idiomas, qué presentan
la verdad para este tiempo, están a nuestra, disposición, y pueden ser rápidamente
llevadas a todas partes del mundo.
Hemos de dar la
ultima amonestación de Dios a los hombres, y ¡cuánto no debería ser el fervor
que manifestemos en estudiar la
Biblia, y el celo que revelemos en esparcir la luz (Review
and Herald, 25 de Enero de 1906).
Dios
provee estas oportunidades.-
Estamos amenazados
por una crisis. Mediante el poder del Espíritu Santo ahora debemos proclamar
las grandes verdades para estos últimos días. No pasará mucho tiempo antes que
todos hayan oído la advertencia y hecho su decisión. Entonces vendrá el fin...
Dios es el gran Maestro Mayor de la obra, y mediante su providencia prepara el
camino para que su obra se cumpla. Proporciona oportunidades, abre líneas de influencia y canales de
trabajo. Si su pueblo está atento para captar las indicaciones de su
providencia y si está listo para cooperar con él, verá realizarse, una gran
obra (6T:24. Año 1900).
Una
crisis nacional produce un despertar religioso.-
Hoy los hombres y las
naciones son probados por la plomada que está en la mano de Aquel que no comete
error...
Hoy las señales de
los tiempos declaran que estamos en el umbral de acontecimientos grandes y solemnes.
En nuestro mundo, todo está en agitación. Ante nuestros ojos se cumple la
profecía por la cual el Salvador anunció los acontecimientos que habrían de
preceder su venida: "Y oiréis de guerras, y rumores de guerras... Se levantará
nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestilencias, y hambre, y
terremotos por los lugares" (Mat. 24:6-7).
El momento actual es
de interés abrumador para todos los que viven. Los gobernantes y los estadistas, los hombres que ocupan
puestos de confianza y autoridad, los hombres y mujeres pensadores de todas las
clases tienen la atención fija en los acontecimientos que se producen en
derredor nuestro. Observan las relaciones que existen entre las naciones.
Observan la intensidad que se apodera de todo elemento terrenal, y reconocen
que algo grande y decisivo está por acontecer, que el mundo se encuentra en vísperas de una crisis estupenda (Profetas y
Reyes:393-394. Año 1916).
Nuestro
deber en el momento de tregua.
Los ángeles están hoy
sosteniendo los vientos de la lucha, hasta que el mundo sea advertido de su inminente
destrucción; pero se está preparando una tormenta, lista par la desencadenarse
sobre la tierra, y cuando Dios ordene a sus ángeles que suelten los vientos,
habrá una escena tal de lucha que ninguna pluma la puede describir. . .
El Señor nos ha
concedido misericordiosamente un momento de tregua. Todo poder que nos ha sido
prestado por el cielo ha de ser empleado en hacer la obra que el Señor nos
asignó en favor de los que perecen en la ignorancia...
El pueblo de Dios
debe interceder poderosamente ante él por ayuda ahora. Los hijos de Dios deben
consagrar la totalidad de sus energías al esfuerzo de proclamar la verdad
durante la tregua que ha sido concedido...
Todos los días nos
hemos estado asociando con los hombres y mujeres sujetos al juicio. Cada día
puede haber sido la línea divisoria para un alma. Cada día alguien puede haber
hecho la decisión que determinará su destino futuro (Review and Herald, 23 de
Noviembre de 1905).
Significado
del conflicto.-
No entendemos como
debiéramos el gran conflicto que está teniendo lugar entre los agentes invisibles,
el conflicto entre los ángeles leales y los desleales. Los ángeles buenos y
malos luchan por la posesión de todo hombre. No es éste un conflicto
imaginario. No es una batalla ficticia aquella en la cual estamos empeñados.
Hemos de hacer frente a los más poderosos adversarios, y nos toca a nosotros
determinar cuál ha de vencer. Hemos de encontrar nuestra fuerza donde
encontraron la suya los primeros discípulos (Signs of the Times, 17 de Febrero
de 1914).
Reavivamiento
del paganismo; el hombre de pecado expuesto.-
A medida que nos
acercamos al fin del tiempo, habrá una demostración cada vez mayor de poder pagano;
deidades paganas, manifestarán su notable poder, y se exhibirán a sí mismas
ante las ciudades del mundo; y esta delineación ha comenzado a cumplirse.
Mediante una diversidad de imágenes del Señor Jesús le presentó a Juan el
carácter malvado y la influencia seductora de los que se han destacado en su
persecución del pueblo de Dios. Todos necesitan sabiduría para investigar
cuidadosamente el misterio de iniquidad que figura en forma tan destacada en
las postrimerías de la historia de esta tierra... En el tiempo mismo en que
vivimos, el Señor ha llamado a su pueblo y le ha dado un mensaje para
presentar. Lo ha llamado a exponer la
maldad del hombre de pecado, que ha hecho que la ley del domingo un poder
distintivo, que ha pensado en cambiar los tiempos y la ley, y ha oprimido al
pueblo de Dios que se mantiene firme para honrarlo y guardar el único verdadero
día de reposo, el sábado de la creación , como santo para el Señor (TM:117-118.
Año 1895).
Los
intrépidos mensajeros de Dios.-
Ahora, cuando el fin
de las cosas terrenales se acerca rápidamente, Satanás realiza desesperados
esfuerzos por entrampar al mundo. Inventa muchos planes para ocupar las mentes
y apartar la atención de las verdades esenciales para la salvación.
En todas las ciudades
sus agentes están organizando empeñosamente en partidos a aquellos que se
oponen a la ley de Dios. El gran engañador está tratando de introducir
elementos de confusión y rebelión, y los hombres se están enardeciendo con un
celo que no está de acuerdo con su conocimiento (Hechos de los
Apóstoles:178-179. Año 1911).
SE ACERCA LA CULMINACIÓN Y EL TRIUNFO
El
Evangelio sacudió una vez al mundo.-
Por medio de la
cooperación del Espíritu divino, los apóstoles realizaron una obra que conmovió
al mundo. El Evangelio fue llevado a toda nación en una sola generación.
Gloriosos fueron los
resultados que acompañaron al ministerio de los apóstoles escogidos por
Cristo...
Los apóstoles no
cumplían su misión por su propio poder, sino con el del Dios viviente. Su tarea
no era fácil. Las primeras labores de la iglesia cristiana se realizaron bajo
opresión y amarga aflicción. Los
discípulos encontraban constantemente privaciones, calumnias y persecuciones en
su trabajo; pero no consideraban sus propias vidas como caras, antes se regocijaban
porque eran llamados a sufrir por Cristo. La irresolución, la indecisión y la
debilidad de propósito, no tenían lugar en sus esfuerzos. Estaban dispuestos a
gastar y ser gastados. El sentido, de la responsabilidad que descansaba sobre
ellos, purificaba y enriquecía sus vidas; y la gracia del cielo se revelaba en
las conquistas que lograron para Cristo. Con el poder de la omnipotencia, Dios
obraba, por intermedio de ellos para hacer triunfar el Evangelio (Hechos de los
Apóstoles:426-427. Año 1911).
Un firmamento
de escogidos.-
Entre los habitantes
de la tierra, hay, dispersos en todo país quienes no han doblado la rodilla
ante Baal. Como las estrellas del cielo, que sólo se ven de noche, estos fieles
brillarán cuando las tinieblas cubran la tierra y densa oscuridad los pueblos.
En la pagana África, en las tierras católicas de Europa y de Sudamérica, en la China, en la India, en las islas del mar
y en todos los rincones oscuros de la tierra, Dios tiene en reserva un firmamento
de escogidos que brillarán en medio de las tinieblas para demostrar claramente
a un mundo apóstata al poder transformador que tiene la obediencia a su ley.
Ahora mismo se están revelando en toda nación, entre toda lengua y pueblo; y en
la hora de la más profunda apostasía, cuando se esté realizando el supremo
esfuerzo de Satanás para que "todos... pequeños y grandes, ricos y pobres,
libres y siervos" (Apoc. 13:16), reciban, so pena de muerte, la señal de
lealtad a un falso día de reposo, estos fieles, "irreprensibles y
sencillos, hijos de Dios sin culpa", resplandecerán como "luminares
en el mundo" (Fil. 2:15). Cuanto más oscura sea la noche mayor será el esplendor
con que brillarán (Profetas y Reyes:140-141. Año 1916).
La
iglesia triunfante.-
La obra pronto ha de
terminar. Los miembros de la iglesia militante que han demostrado ser fieles
integrarán la iglesia triunfante (Carta 12, 1892).
Y nuestro General,
que no comete nunca un yerro, nos dice todavía: "Avanzad, entrad en nuevos
territorios; enarbolad el estandarte en todo país, 'Levántate, resplandece; que
ha venido tu lumbre, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti'".
Ha llegado el tiempo
en que, por medio de los mensajeros de Dios, se está desenvolviendo el rollo
ante el mundo. La verdad contenida en los mensajes del primero, segundo y
tercer ángeles, debe ir a toda nación,
tribu, lengua y pueblo; debe iluminar las tinieblas de todo continente, y
extenderse hasta las islas de la mar. No debe dejarse dilatar esta obra de gran
importancia.
Nuestro santo y seña
debe ser: ¡Adelante, siempre adelante! Los ángeles de Dios irán delante de
nosotros para prepararnos el camino. No podemos deponer nuestra preocupación
por las regiones lejanas antes de que toda la tierra esté iluminada por la
gloria del Señor (Obreros Evangélicos:485-486. Año 1915). El Evangelismo:503-513.
La tardanza.-
Cuando el año 1843
pasó sin que se hubiera producido el advenimiento de Jesús, los que habían
esperado con fe su aparición quedaron por un tiempo con dudas y perplejidades.
Pero a pesar de su chasco muchos continuaron investigando las Escrituras,
examinaron nuevamente las evidencias de su fe, y estudiaron cuidadosamente las
profecías para tener más luz. El testimonio de la Biblia en apoyo de su
posición, parecía claro y concluyente. Ciertas señales que no se podían
interpretar mal indicaban que la venida de Cristo estaba cerca. Los creyentes
no podían explicar su desilusión; no obstante, se sentían seguros de que Dios
los había conducido en su experiencia pasada.
Su fe se fortaleció
muchísimo mediante la aplicación directa y poderosa de los pasajes que
indicaban que habría un período de tardanza. Ya en 1842 el Espíritu de Dios
había inducido a Carlos Fitch a preparar un diagrama profético, lo que fue
generalmente considerado por los adventistas como el cumplimiento de la orden
dada al profeta Habacuc de escribir la visión y declararla por medio de tablas.
Sin embargo, nadie vio en ese entonces la tardanza que se presentaba en la
misma profecía. Después de la desilusión
resultó claro el significado completo de ese texto. Esto es lo que dice el
profeta: "Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que
leyere en ella. Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura
hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá,
no tardará" (Hab. 2:2-3).
Los que esperaban se
regocijaron porque Quien conoce el fin desde el principio había proyectado su
mirada a través de las edades y, previendo su desilusión, les había dado
palabras de ánimo y esperanza. Si no hubiera sido por tales porciones de la Escritura que les
mostraban que estaban en el buen camino, su fe habría fallado en esa hora de
prueba.
En la parábola de las
diez vírgenes de Mateo 25 se ilustra la experiencia de los adventistas mediante
los incidentes de una boda oriental. "Entonces el reino de los cielos será
semejante a diez, vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al
esposo". "Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se
durmieron" (verso 1, 5).
En ese tiempo comenzó
a surgir el fanatismo. Algunos que profesaban creer celosamente el mensaje rechazaron
la Palabra de
Dios como guía infalible, y pretendiendo ser guiados por el Espíritu se
entregaron, al dominio de sus propios sentimientos, impresiones e
imaginaciones. Hubo quienes manifestaron un celo ciego y fanático, y
denunciaron a todos los que no sancionaban su proceder. Sus ideas y prácticas
fanáticas no contaron con la simpatía de la mayor parte de los adventistas;
pero sirvieron para acarrear oprobio a la causa de la verdad.
La predicación del primer mensaje en 1843 y el
clamor de medianoche en 1844 tendieron directamente a reprimir el fanatismo y
la disensión. Los que participaron en esos solemnes movimientos estaban en
armonía; sus corazones estaban llenos de amor mutuo y de amor por Jesús, a
quien esperaban ver muy pronto. La fe única, la bendita esperanza, los elevaron
por encima del dominio de cualquier influencia humana, y demostraron que eran
un escudo contra los ataques de Satanás. HR:384-386.
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