“Con
mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu
dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos
en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia”. Isaías 26:9
¿Un juicio o muchos? Examinemos el asunto a la luz de la Biblia.
Desde
el momento en que el pecado entró en el universo perfecto de Dios, la
armonía reinante se quebró. A fin de restablecerla, se inició el plan
divino de rescate -que incluye un continuo proceso judicial-, a fin de
establecer tres cosas:
- Si Dios era justo. El primer cuestionado en el Juicio es el Señor mismo en su trato con los transgresores.
- Si el pecador podía ser perdonado. El siguiente acusado es el pecador individual en relación con los requerimientos de la ley divina.
- Si es posible vivir sin pecar. Este asunto, estrictamente relacionado con los dos anteriores, es crucial para la seguridad cósmica en la eternidad futura.