Las últimas páginas de la Biblia presentan las escenas finales de la historia del
mundo. Allí se describe a la humanidad dividida en dos grupos bien definidos.
Uno de
ellos rinde homenaje a Dios, con la particular mención de su atributo de Creador
(Apocalipsis 14:7-12). El otro grupo rinde homenaje al poder suplantador que el hombre
instituyó. No hay un tercer grupo.
Querido lector, antes o después tendrás que
elegir en cuál de los dos grupos vas a estar.
Cristo te creó, te dio todo cuanto tienes, y todo cuanto eres. Te está buscando. Si
tienes alguna duda de ello, ve al Getsemaní y al Calvario, y ve lo que el Hijo de Dios quiso entregar para tu
salvación. Él hizo todo lo necesario para que te encuentres en el grupo que describe
este versículo:
"¡Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los Mandamientos de
Dios y la fe de Jesús!" (Apocalipsis 14:12).
"Yo [Cristo] vengo pronto, y mi galardón conmigo, para dar a cada uno según su
obra... ¡Dichosos los que guardan sus Mandamientos, para que tengan derecho al árbol de
la vida, y entren por las puertas en la ciudad!" (Apocalipsis 22:12-14).
Ese es también nuestro sincero deseo.
Aceptando a Cristo experimentarás su reposo, el reposo que da su perdón, el reposo
que nos da al librarnos de nuestro egoísmo, al curarnos de nuestro temor y de nuestra
culpa, la paz de descansar en su aceptación. Pon en Él tu esperanza. Contémplalo en su
infinita condescendencia, y obtendrás esa paz que ningún hombre puede dar. Elige
aceptarlo, y él vivirá en ti. Recibirás una nueva vida, que es eterna. Él te dice:
"Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, y yo os haré
descansar". Es el reposo que solamente proviene de Dios: el reposo que únicamente el
sábado puede representar.
TOMADO DE;