Desde
siempre para los científicos el tema del origen de la vida y del universo ha
despertado una gran curiosidad e intriga. Se han establecido teorías y
planteamientos que buscan en cierta forma acallar su deseo natural de justificar
las cosas que le rodean.
Existen
cuatro teorías fundamentales que tratan de explicar el origen del universo.
Estas son:
La
teoría del Big Bang
La
teoría Inflacionaria
La
teoría del estado estacionario
La
teoría del universo oscilante
Las más aceptadas en la actualidad son la teoría del Big Bang y la Inflacionaria.
Pero, ¿Cuál es el planteamiento de estas teorías?
Podemos determinar la fecha de fin del mundo y la venida de Jesucristo?
Recientemente, está en crecimiento el número de personas que dan
cuenta de que la venida de nuestro Redentor Jesucristo está muy cerca.
La gente piensa, el estudio de la profecía y tratando de discernir los
signos diferentes, ya sea bíblico o no bíblico.
En el Monte de
los Olivos, Cristo habló de su segunda venida. Señaló los signos
especiales que precederán a su venida. Mandó a sus discípulos a observar
y prepararse. Él mostró lo que significa que espera por su llegada. El
tiempo necesario para completar el trabajo duro, no se espera de
inactividad. Pero también hizo hincapié en que su venida no estarán
preparados para el pueblo inesperado, y aquel día y hora de su venida,
no podemos determinar de antemano.
¿Cómo sabemos que lo verdadero de lo falso profeta?
Figura PRUEBA 1
Deuteronomio 18,21-22 - Usted dice: "¿Cómo sabemos que no habla una palabra de Jehová?" Bueno, si el profeta dice el Señor en nombre de algo que sucede, entonces el Señor le habló esta palabra. La otra cara del profeta hablado con presunción. Le temen.
Esta
prueba se librará de la gran mayoría de los populares predicciones
proféticas. Aunque a olvidar todos los falsos profetas - incluso los
charlatanes a veces puede predecir el futuro. El análisis moderno equipo
de ellos lo hace el texto más importante y por lo tanto más.
Deuteronomio 13, 1-3 - observe con atención todo lo que te mando - nada que añadir, ni de no proceder. En
medio de ella encontramos un profeta o un intérprete de sueños y
ofrecerle alguna señal o un prodigio, diciendo: "Vamos a seguir otros
dioses" (que no sabía) y su servicio, "Entonces, aun cuando se convirtió
en un señal o prodigio, de la que he dicho, escuchar su discurso.
Que el Señor, tu Dios, tratando de ver si amas al Señor tu Dios con
todo tu corazón y el alma. Jehová tu Dios, seguir su lectura, guarda sus
mandamientos , escuchar a la suya, y le sirven a quien se mueve.
Recuerde:
En una batalla de gran espacio, hay dos lados! Un hombre no debe
sorprendernos que el enemigo trata de predecir el futuro, y luego hacer
que cumpla su predicción. Se hace todo para que muchas personas
engañadas.
Génesis idea principal: no puede ser simplemente
considerada como cumplimiento de la profecía signo infalible de la
autenticidad del Profeta! Si un profeta presunta hace una predicción que
no, entonces esto es ya de por sí le priva de la posibilidad de ser un
verdadero profeta. Si un profeta presunta hace una predicción se haga
realidad, que se mueve al siguiente nivel del examen de acuerdo a
pruebas adicionales después de la profeta de Dios. Ahora tenemos que
poner a prueba el número 2
Existen
dos impresionantes frases relativas a Jesucristo: «Padeció bajo el
poder de Poncio Pilato; fue crucificado, muerto y sepultado».
Así se expresa, condensadamente, toda la crudeza de la humillación de
Cristo. Si tales frases fuesen las últimas de la Biblia, el
cristianismo sería un enigma nebuloso.
El final del ministerio de Jesús podría interpretarse como
una tragedia desconsoladora, como el derrumbe de un cúmulo de esperanzas
gloriosas. Y como un misterio torturador. ¿Habría de morir Cristo como
un vulgar malhechor?
La carrera del Maestro admirado, santo, obrador de milagros,
compasivo, revelador del Padre, dominador de las fuerzas demoníacas,
anunciador y promotor del Reino de Dios ¿había de morir como un vulgar
malhechor? Su grandeza indiscutible ¿había de concluir en la oscuridad
fría de un sepulcro? El que había salvado a otros de la muerte ¿no podía
salvarse a sí mismo? Las fuerzas del Reino ¿no podían acabar con todos
los poderes enemigos? La fe y las esperanzas de los discípulos ¿habían
de concluir en el más cruel de los desengaños? ¡Cuánta amargura rezuman
las palabras de los discípulos de Emaús cuando regresaban de Jerusalén a
su aldea: «Nosotros esperábamos que él sería el que redimiera a Israel» (Lc. 24:21)
Mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. Apocalipsis
13:14.
El
cambio del sábado es una señal, o marca, de la autoridad de la Iglesia
Romana. Quienes aun
comprendiendo las aseveraciones del cuarto Mandamiento escogen
observar el falso día de descanso en lugar del verdadero, están con ello
rindiendo homenaje al único poder que lo ordena…
Hay cristianos verdaderos en todas las iglesias, sin exceptuar
la comunidad católica romana. Nadie es condenado hasta que haya tenido
la luz y haya visto la obligación del cuarto Mandamiento.
Pero, cuando se ponga en vigencia el decreto que ordena
falsificar el sábado, y el fuerte clamor del tercer ángel amoneste a los
hombres contra la adoración de la bestia y su imagen, se
trazará claramente la línea entre lo falso y lo verdadero.
Entonces los que continúen aún en transgresión recibirán la marca de la
bestia.
"FUE abierto el templo de Dios en el cielo, y fue
vista en su templo el arca de su pacto." (Apocalipsis 11: 19, V.M.) El arca del
pacto de Dios está en el lugar santísimo, en el segundo departamento del
santuario. En el servicio del tabernáculo terrenal, que servía "de mera
representación y sombra de las cosas celestiales," este departamento sólo se
abría en el gran día de las expiaciones para la purificación del santuario. Por
consiguiente, la proclamación de que el templo de Dios fue abierto en el cielo y
fue vista el arca de su pacto, indica que el lugar santísimo del santuario
celestial fue abierto en 1844, cuando Cristo entró en él para consumar la obra
final de la expiación. Los que por fe siguieron a su gran Sumo Sacerdote cuando
dio principio a su ministerio en el lugar santísimo, contemplaron el arca de su
pacto. Habiendo estudiado el asunto del santuario, llegaron a entender el cambio
que se había realizado en el ministerio del Salvador, y vieron que éste estaba
entonces oficiando como intercesor ante el arca de Dios, y ofrecía su sangre en
favor de los pecadores.
Si usted acepta la idea de la evolución, también tiene que
aceptar que el ser humano no es algo especial. La Biblia dice todo lo
contrario.
Cuando era adolescente leí el libro Has Man a Future? (¿Hay
futuro para el hombre?), escrito por el famoso filósofo ateo y
evolucionista Lord Bertrand Russell, de Liverpool, Inglaterra. Según
este eminente filósofo, si los seres humanos no se llegan a eliminar los
unos a los otros por medio de las guerras, probablemente desaparecerán
por el hambre y la enfermedad. En otras palabras, el futuro de los
humanos puede ser resumido en una palabra: ¡EXTINCIÓN!
La primera cátedra de geología que escuché en la Universidad de
Aberystwyth fue presentada por el director de ese departamento, el
profesor Alan Wood. En su exposición, él especulaba sobre el futuro de
la especie humana. Y explicaba cómo, segùn la evolución, los humanos no
somos el producto final del proceso, pues la evolución continuará; y una
de dos: o los humanos se extinguirán como parte de ese proceso (de
nuevo la idea de extinción), o evolucionarán hasta convertirse en una
especie distinta que definitivamente no será humana. El profesor Wood
también especulaba acerca del tipo de criatura que la evolución
produciría dentro de unos 200 millones de años. Se preguntaba si la
nueva criatura se interesaría en la geología y si intentaría encontrar
fósiles de humanos que hubiesen vivido en el siglo veinte.
—Nosotros los cristianos no necesitamos guardar el sábado. En
realidad, Jesús mismo lo quebrantó cuando estuvo aquí en la Tierra.
Sorprendido, le pregunté a mi interlocutor cómo él sabía que Jesús
había quebrantado el sábado. Entonces me llevó al Evangelio de San Lucas
13:10–12. “Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo; y había
allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de
enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar.
Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu
enfermedad. Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y
glorificaba a Dios”.
—Pero allí no dice que Jesús quebrantó el sábado. Tan sólo dice que Jesús sanó a una pobre mujer en ese día —repliqué.
—Bueno, el texto dice que el principal de la sinagoga se enojó con
Jesús, porque estaba quebrantando el sábado (S. Lucas 13:14). Tú sabes
que los judíos acusaron a Jesús de quebrantar el día de reposo
—respondió mi compañero de estudio.
Entonces le expliqué a mi amigo lo mismo que Jesús trató de enseñarle
al pueblo de Israel: Que el sábado, como día de reposo, es un espacio
de tiempo diferente en el que Dios desea dar al hombre la más profunda
experiencia de libertad. Jesús mismo le preguntó al principal de la
sinagoga en aquella ocasión: “Y a esta hija de Abraham, que Satanás
había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en
el día de reposo?” (S. Lucas 13:16).
En relación al significado del día de descanso, quizá nadie lo
explicó tan claramente ni lo predicó con la fuerza del ejemplo tan
poderosamente como lo hizo Jesús. Lamentablemente, los judíos de su
tiempo no lo comprendieron; y aún más triste todavía, muchos cristianos
de hoy siguen sin entenderlo.
Pende sobre la humanidad la espada de Dámocles del calentamiento
global como resultado de la inmensa ruptura de la capa de ozono.
Veinticinco mil quinientas toneladas de dióxido de carbono fueron
arrojadas al espacio por los países industrializados tan sólo en un año,
encabezados por los Estados Unidos.1
El resultado funesto del consumo de combustibles fósiles (en lo que
todos colaboramos con los automóviles, los refrigeradores, las estufas
de gas, etc.), es que la tierra sufre un deterioro ecológico que nos
trae sequías aquí, inundaciones allá, tornados, terremotos y maremotos.
Este cuadro bien parece cumplir las palabras de Cristo en San Lucas
21:26: “Las potencias de los cielos serán conmovidas”, justo antes de su
segunda venida en gloria y majestad.
¿Qué nos espera según la Biblia?
La Palabra de Dios señala de dónde venimos y a dónde vamos. Es una
ley de la vida que todo lo que tiene comienzo tiene un fin; y la cadena
de dolor y muerte de la familia humana pronto concluirá, porque la
inefable Palabra de Dios ha dicho: “Enjugará Dios toda lágrima de los
ojos de ellos, y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni
dolor; porque las primeras cosas pasaron” (Apocalipsis 21:4).
Desde el día en que el Señor Jesucristo prometió a sus discípulos:
“Vendré otra vez” (S. Juan 14:3), los cristianos de todas las épocas han
esperado con ansias que tan extraordinaria promesa se cumpliera en sus
días. ¿Por qué? Simplemente porque la venida de Cristo llenaría todas
sus posibles expectativas y cumpliría los más anhelados sueños que un
ser humano pudiera tener. Imagine el lector, por un momento, un mundo
donde “ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor”
(Apocalipsis 21:4), e inmediatamente deseará, como los creyentes de
todos los tiempos, que tal acontecimiento ocurra ya, en nuestros días,
en nuestra propia generación.
Una esperanza bienaventurada
Como “esperanza bienaventurada” denominaba el apóstol San Pablo al
retorno de Cristo. Es más; él también esperaba que ocurriera en sus
días; por eso declara que estaba “aguardando la esperanza bienaventurada
y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”
(Tito 2:13). Es que San Pablo, además de conocer la promesa del Señor a
sus discípulos, había leído las decenas de referencias que aparecían en
los libros del Antiguo Testamento acerca de un mundo nuevo y del
establecimiento del reino de Dios en la tierra. Seguramente había
investigado las profecías bíblicas —como las del profeta Daniel— que
indicaban el tiempo alrededor del cual Dios intervendría directamente en
los asuntos humanos. Sabía que Daniel había vivido en tiempos del
imperio babilónico y del reino medo-persa, y que había profetizado que
otros dos imperios le sucederían a éstos. Con qué emoción habrá leído
las palabras del profeta: “Después de ti —una referencia a
Nabucodonosor, rey de Babilonia— se levantará otro reino inferior al
tuyo; y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre toda la
tierra. Y el cuarto reino será fuerte como el hierro; y como el hierro
desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará”. ¡San
Pablo sabía que la profecía se estaba cumpliendo ante sus propios ojos!
¡Él mismo y los demás cristianos estaban sufriendo las atrocidades del
imperio romano!
Según nuestra edad y la etapa en que vivimos, nuestra esperanza se concreta en diversas cosas. La joven esposa augura la llegada de su bebé. El niño espera el sonido del camión de helados. El enfermo aguarda un buen pronóstico del médico. El adolescente anhela el momento de su independencia. Pero a medida que transcurren los años, y esto es algo definitivamente común, nuestras esperanzas van simplificándose y concentrándose. Y llega el momento en que lo más importante y lo único que importa es la vida misma.
Al actor y director cinematográfico Woody Allen se le preguntó una vez si pretendía la inmortalidad en su carrera. Su reacción fue característica: “Yo quiero alcanzar la inmortalidad por el hecho de no morir”. Sus palabras hacían eco al gran clamor del alma humana. Queremos permanencia y queremos significado.
Ese clamor por permanencia se expresa en nuestro deseo de que algo nuestro perdure. Quizá por eso plantamos árboles y creamos libros, obras de arte y música. Intentamos perpetuarnos en nuestros hijos porque sabemos que nuestro tiempo es finito.
Nota
del editor: Esta es la primera entrega de una serie de artículos
históricos publicados este año, al cumplirse el 150° aniversario de la
Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Cuando el
predicador bautista Guillermo Miller dijo que Jesús regresaría el 22 de
octubre de 1844, muchos estadounidenses no solo se sorprendieron de que
hubiera fijado una fecha. La idea de que Cristo regresaría literalmente
era en sí misma una propuesta radical.
Para el siglo XIX,
la mayoría de las iglesias establecidas estaban predicando que la
Segunda Venida era más un mito que una realidad, y más humana que
divina. Los líderes religiosos enseñaban que una “segunda venida”
metafórica simbolizaba el surgimiento de una nueva generación con
responsabilidad social.
A pesar de ello, la
creencia millerita en una segunda venida literal de Cristo —junto con
nuevas comprensiones proféticas, el sábado y el estado de los muertos—
mostrarían ser fundamentales. Estas doctrinas clave llegarían a ser el
ancla del movimiento adventista temprano en medio de un clima de
agitación religiosa. A comienzos del
siglo XIX, el noreste de los Estados Unidos era una fuente de
reavivamientos. El así llamado “Segundo Gran Despertar” inició
movimientos como el de la Sociedad Unida de Creyentes en la Segunda
Aparición de Cristo, los mormones tempranos, los precursores de los
Testigos de Jehová, los milleritas y una hueste de grupos excéntricos.
En efecto, el norte del estado de Nueva York fue denominado “el distrito
quemado”, para referirse al hecho de que los evangelistas habían
agotado el número de incrédulos en la región. En este marco, los
milleritas soportaron el Gran Chasco, ese momento en que el grupo, con
gran expectativa pero sin éxito, aguardó el regreso de Cristo. Con lo
que el historiador adventista George Knight denomina la “certeza
matemática de la fe” hecha añicos, muchos milleritas abandonaron el
movimiento. Los que
permanecieron quedaron divididos por el significado del 22 de octubre.
Algunos afirmaron que la fecha era totalmente incorrecta. Otros dijeron
que Cristo había regresado, pero solo en un sentido espiritual e
ilusorio. Un tercer grupo —los futuros líderes de los primeros
adventistas del séptimo día— llegaron a convencerse de que la fecha era
la correcta, pero el evento no.
Reanimados por esta
posibilidad, se reagruparon y regresaron a las Escrituras, determinados
a descubrir la verdad. Así llegaron a la conclusión de que en lugar de
regresar a la Tierra el 22 de octubre, Jesús había comenzado la última
fase de su ministerio expiatorio en el santuario celestial.
Una joven metodista
llamada Elena Harmon (más tarde White) brindó credibilidad profética a
esta interpretación. La visión que tuvo en diciembre de 1844, en la que
vio “una senda derecha y estrecha” hacia el cielo confirmó que esa
profecía se había cumplido en efecto el 22 de octubre, y motivó el
enfoque central en Cristo que tiene la denominación.
El historiador
adventista se siente asombrado por la capacidad de los milleritas de
trascender un mensaje inicial “espectacularmente equivocado”. Aunque
afirma que es verdad que los movimientos apocalípticos a menudo suelen
conservar algunos de sus seguidores aun cuando sus ideas son “refutadas
abiertamente”, estos “no constituyen la clase de persona que llegan a
fundar una iglesia demasiado exitosa. Los adventistas así lo hicieron:
eso no prueba que Dios está de nuestro lado, pero prueba que contamos
con líderes inteligentes y racionales”. Acaso más revelador
resulta la creencia de la Iglesia Adventista de que Dios estaba detrás
de los eventos, dice Trim. “Creo que los primeros adventistas tenían un
sólido llamado de parte del Espíritu Santo. Es un pensamiento
terriblemente pasado de moda, pero yo creo que nuestra iglesia fue
llamada a la existencia en ese momento con un propósito”, dice. También demostró un
sincero deseo de conocer la verdad bíblica, dice. “Esto es lo que los
sostuvo cuando todos los demás milleritas fueron por caminos excéntricos
o por sendas comunes y sumamente cautelosas”, dice Trim. Para los primeros
creyentes adventistas, la así llamada “verdad presente” era dinámica. Y
en efecto, los pocos cientos de adventistas sabatistas de la década de
1840 llegaron a ser unos tres mil en 1863 cuando se organizó
oficialmente la Iglesia Adventista, y en esos años, sus comprensiones
proféticas pasaron por cambios no menos asombrosos. En un comienzo,
pioneros tales como Jaime White se mostraron fervientes en su llamado a
“salir de Babilonia”. En un primer momento, este era un mensaje para
dejar la religión organizada y regresar a la simplicidad del evangelio.
Esto no sorprende a
los historiadores religiosos, que han observado que cada pocas
generaciones, la gente se siente impulsada a regresar a los fundamentos
de su fe. En efecto, esta tendencia fue la que impulsó el Segundo Gran
Despertar. Sin embargo, lo
asombroso, dice Trim, es el giro que tuvo White a medida que se expandía
el movimiento. Para 1859, Jaime había llegado a creer que el llamado a
“salir de Babilonia” significaba en realidad abandonar la
desorganización y aceptar la estructura eclesiástica.
“Esto por supuesto
se adapta muy bien al hecho de que Babilonia deriva de Babel (o
confusión) y que White dice que el llamado a salir de Babilonia en
realidad busca abandonar toda esta corriente de fervor religioso caótica
e increíblemente entusiasta y terminar en algo un poco más organizado.
De manera que el significado de “salir de Babilonia” sufre un gran giro y
cambia por completo”, dice Trim. No obstante, al
pasar a la estructura de la iglesia, los primeros adventistas no
perdieron su celo inicial. Por el contrario, lograron encontrar un
equilibrio entre el radicalismo que invadía gran parte de las
expresiones religiosas de mediados del siglo XIX y el conservadurismo
que le siguió. Es un equilibrio que la Iglesia Adventista mantiene aún
hoy, dice Trim, y dice que tiene sus raíces en la vieja tensión entre el
espíritu y el orden, que se remonta a la iglesia medieval primitiva. “Necesitamos el
espíritu porque el orden se vuelve formal y osificado y jerárquico, pero
también es necesario el orden porque el espíritu se vuelve caótico y se
destruye a sí mismo”, dice. La pionera
adventista Elena White fue esencial a la hora de preservar este
equilibrio. Mediante el don profético, Trim dice que White estuvo en un
lugar ideal para temperar las inevitables riñas entre los primeros
líderes adventistas, como por ejemplo su esposo Jaime, José Bates, Urías
Smith, John N. Andrews, George Butler, y otros. Todos ellos eran
“individuos de increíble poder y motivación individual”, personalidades
que son necesarias para impulsar un movimiento localizado hasta
convertirlo en una iglesia global, dice. Si bien a algunos
estudiantes de la historia de la iglesia les podría resultar
“desconcertante” la tensión entre los principales líderes, Trim dice que
el movimiento adventista temprano es único porque permaneció unido en
un clima en el que la mayoría de los grupos religiosos mostraban la
tendencia a dividirse, a seguir a un líder carismático, o a directamente
disolverse. A pesar de los desacuerdos, los adventistas se agruparon en
último término detrás de la verdad bíblica, lo que fue logrado por
medio de la oración y el estudio de la Biblia o revelado mediante la
profecía. “Estos hombres
están completamente convencidos de que [Elena White] es la mensajera de
Dios. Si ella dice: ‘Se me ha mostrado esto’, ellos lo aceptan aun
cuando en un comienzo no les guste lo revelado”, dice Trim. “Están muy listos a
debatir, y lo hacen en términos muy directos, pero también se muestran
muy rápidos para perdonar y no guardan rencores”, dice Trim. “Muestran
una apertura que haríamos bien en imitar”.
Puede que para los
adventistas del séptimo día modernos, los pioneros adventistas les
resulten peculiares. Algunos no creían en la Trinidad o en la persona
del Espíritu Santo, y pensaban que Cristo era un ser creado. Muchos
observaban el sábado de las 18.00 del viernes hasta las 18.00 del
sábado, sin fijarse en los horarios de la puesta de sol. Tampoco tenían
problema alguno en consumir carnes de animales impuros. Todo esto, sin
embargo, habría de cambiar en las siguientes décadas. Lo que los
adventistas actuales podrían reconocer probablemente en sus antepasados
es la convicción. En el sábado, la segunda venida, el santuario y otras
creencias fundamentales, los primeros adventistas creían que habían
descubierto lo que Trim denomina una “clave” para desatar todo el
conjunto de verdades bíblicas. “Se dan cuenta de
que todas estas doctrinas están diciendo lo mismo sobre Dios. Todas
están apuntando en la misma dirección, y es por ello que los primeros
adventistas se sienten impulsados a ponerse de su lado”. “Esta preocupación por la verdad resulta inspiradora”, dice.
Durante más de un siglo, los adventistas han sido activos promotores de la libertad religiosa. Reconocemos la necesidad de defender la libertad de conciencia y de religión como un derecho humano fundamental, en armonía con los instrumentos de las Naciones Unidas.
La Iglesia Adventista del Séptimo Día tiene presencia en 209 países. Con algunas excepciones, los adventistas constituyen una minoría religiosa, y en ocasiones han estado sujetos a restricciones y discriminación. En consecuencia, han sentido la necesidad de defender los derechos humanos...
Incontables
cristianos han pensado que si la ley es espiritual y nosotros somos
carnales, no habrá ser humano en esta vida capaz cumplir los requisitos
de la ley perfecta. ¿Es esto verdad? ¿Ha sido dada por Dios como la meta
ideal, imposible para las almas convertidas las cuales deben luchar
pero nunca esperar alcanzar? ¿Hay una cierta reservación oculta o un
significado secreto en las muchas ordenes de obedecer las diez grandes
reglas de Dios escritas en piedra por él? ¿Dijo en serio Dios lo que
quería decir y quiso decir lo que con seriedad dijo?
Algunas
personas se preguntan: ¿cuándo se debe bautizar, en la infancia o en la
madurez? Para responder esta pregunta, lo mejor que se puede hacer es
ver lo que dice La Palabra de Dios.Es
necesario establecer en primer lugar que hay tres formas de aplicar el
bautismo: la inmersión, el derramamiento o efusión y la aspersión o
rociamiento. La palabra castellana bautizo viene del verbo griego baptizo, el cual implica inmersión, ya que deriva de la palabra bapto, que significa “sumergir en algo, o bajo algo”.
Desde
el comienzo de la iglesia cristiana, el bautismo se ha practicado
sumergiendo a la persona en el agua. Los bautisterios en los templos y
catedrales evidencian que hasta el siglo XII el bautismo fue
administrado sólo por inmersión.
Con
respecto al bautismo de infantes, los documentos eclesiásticos más
antiguos como la Didajé, El Pastor de Hermas, la Apología de Justino,
son unánimes en afirmar que los que se bauticen sean discípulos
(adultos) consagrados. La iglesia católica adoptó el bautismo de
infantes luego de una candente debate entre Agustín y los donatistas en
el cual el criterio de Agustín que defendía el bautismo de infantes, se
impuso.
INTRODUCCIÓN. · Levítico es un libro que tiene una peculiaridad principal dentro del pentateuco. · Es el libro que se encuentra en el centro de los cinco libros escritos por Moisés.
· Ex 40:17; Nm 1:1 nos muestra que el libro se escribió en treinta días
y el contexto de su escritura es el santuario de Jehová. · Así la importancia enfatiza las enseñanzas dadas por Dios a Moisés desde su santuario. · Así que levítico presenta los sacrificios ordenados por Dios para su pueblo. · Sacrificaos donde Dios presenta su ley, su justicia y su misericordia. · Levítico nos enseña como Dios a su pueblo. · Por lo tanto, el tema central de levítico es de es la ADORACIÓN.
· De allí, que estas Convenciones, o celebraciones, eran obligatorias
para TODO Israel. Y así RECORDABAN todo el tiempo las maravillas de
Dios, y de donde Dios los había sacado. · Es por eso que en este
sábado nos centraremos en la importancia de los temas presentados en
cada una de las fiestas del pueblo de Israel y como estas se relacionan
con este sábado en cual Ud. ha venido a adorar a su creador.
Una de las más extrañas omisiones en nuestra vida moderna gira en torno
al calendario que cuelga en la pared en su casa y la mía. La astronomía
puede suministrar la mayoría de las respuestas relativas a la medición
de tiempo, incluso cuando toca los primeros años de la historia humana.
Pero inclusive los expertos en calendarios no pueden dar ninguna razón
científica a la división del tiempo en ciclos de siete días a la semana.
Ni las estrellas, ni los planetas ni el sol parecen ofrecer alguna
pista lógica en cuanto a esta distribución del tiempo. Los días y meses
se basan en leyes previsibles de los movimientos planetarios, pero ¿por
qué nuestro calendario cuenta hoy día en unidades de siete?
Creación y la semana de siete días
Amigos,
hay una sola respuesta para esta pregunta. La Biblia dice que Dios creó
el mundo en siete días y se estableció un mandato divino para todos los
tiempos que estaban por venir - que la humanidad debiera contar su
tiempo por semana. Aquí está el texto en Éxodo 20:8-11: "Acuérdate del
sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra.
Pero el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios, no hagas en el obra
alguna, tú ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni sierva, ni tu
bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. Porque en seis
días hizo Jehová los Cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos
hay y reposó en el séptimo día, por tanto, Jehová bendijo el día de
reposo y lo santificó. "
Dado
que la ley es espiritual, no existe la opción de escapar del hecho de
que el sábado santo es una institución espiritual. Era un día de "santa
convocación" (Levítico 23: 3). La calidad de gozo de este día se expresa
por David en el Salmo 42:4; " Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi
alma dentro de mí; de cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la
casa de Dios, entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en
fiesta."
El hecho de que el sábado iba a ser dedicado enteramente
al Señor, el hecho de que era para ser compartirlo como un día de gozo y
alabanza, demuestra que las disposiciones del cuarto mandamiento
contribuyeron más para hacer al hombre espiritual más que cualquier otro
de los diez mandamientos. Privar a hombre de las ventajas espirituales
del sábado, el enemigo ha siempre intentado llevarlo a profanar el día
sábado?" "¿Qué mala cosa es esta que vosotros hacéis, profanando así el
día de reposo?" (Nehemías 13: 17). Para profanos el día sábado fue, a
los ojos del Señor, una cosa malvada.
EL SABADO ES UN DIA DE DESCANSO Y DE CULTO. Algunos
lo llaman un "estacionarse en el tiempo". ¡Imagine que un día cada
semana pueda dejar de trabajar, ignorar las listas de pendientes y de
las tareas del hogar sin sentir culpabilidad! Un día para pasar con su
familia y amigos, o en la naturaleza, o hacer algo bueno para alguien.
¿Suena como un lujo? No lo es; de hecho, Dios ha diseñado un feriado
semanal y lo agrego a nuestra propia naturaleza en la Creación.
Dios lo empezó “Y
acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo
de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó,
porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.”
(Génesis 2: 2, 3). Porque Dios descansó el séptimo día, fue designado
como día santo para ser recordado por todos los tiempos. "Acuérdate del
día de reposo para santificarlo," dice en el cuarto mandamiento."Seis
días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para
Jehová tu Dios " (Éxodo 20: 8 - 10).
La razón para el sábado Dios
diseñó el sábado por dos razones principales: para conmemorar la
creación y como un señal de nuestra salvación. “Porque en seis días hizo
Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos
hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de
reposo y lo santificó. "(Éxodo 20: 11). " Y les di también mis días de
reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen
que yo soy Jehová que los santifico (Ezequiel 20: 12). La palabra
hebrea que sabbath literalmente significa "cesar”. Al igual que Dios
descansó de su trabajo de la creación, nosotros debemos descansar de
nuestras ocupaciones diarias y reenfocarnos en lo que es realmente
importante. Es un día para presionar el botón de restablecimiento. Tomar
el descanso del sábado es un acto de fe; es un recordatorio de que no
importa lo que hacemos, Dios está en control. Cuando cesamos de
perseguir nuestros objetivos materiales por un día la semana, estamos
diciendo, "Dios, confío en que tu mantienes el control mientras que te
dedico este día centrándome en ti. Confío en ti para proporcionar mis
necesidades, siete días a la semana, incluso sólo trabajo seis de ellos.
A pesar de la cantidad de dinero que podría ganar hoy, o cuánto queda
en mi lista de tareas de la semana pasada, hoy voy a descansar de mi
mente y cuerpo y voy a gozar de Tu presencia.
Tome la Oportunidad Dios
sabía que en nuestra tendencia humana a buscar nuestros propios
intereses, necesitaríamos oportunidades para el crecimiento espiritual,
para reenfocarnos en cosas de importancia eterna. El sábado es una
oportunidad para romper con las presiones de la vida cotidiana. - Emily Thomsen
A
pesar de las diferencias doctrinales sobre varios otros temas, la
mayoría de los cristianos están de acuerdo que un día de descanso es una
parte integral de la vida cristiana. ¿Pero en qué día vamos a
descansar?
"Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y
reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día
séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había
hecho en la creación"(Génesis 2:2, 3). La misma palabra "Sábado"
significa descanso, y descansar implica que usted ha trabajado. Es
lógico, entonces, que Dios haya designado el último día de la semana un
día de descanso. "El séptimo día es reposo para Jehová tu Dios" (Éxodo
20:10).
El sábado es el sexto día de la semana civil y el séptimo de la semana litúrgica en la mayoría de las tradiciones cristianas. Está situado entre el viernes y el domingo. Etimología El término español «sábado» proviene del latín bíblico sabbătum, este del griego σάββατον (sábbaton), este del hebreo יום השבת (šabbāt), ‘reposo’, ‘día de reposo’, que deriva del verbo shâbath: ‘cesar [de trabajar]’, ‘descansar’, ‘guardar el sábado’, y este del acadio šabattum, ‘descanso’.
Cambio de sábado a domingo
En la antigüedad el sábado era el séptimo día de la semana.El 7 de marzo del 321, el emperador romano Constantino I el Grande decretó que el domingo (el día del Sol) fuera considerado como séptimo y principal día de la semana, en reemplazo del sábado (‘día de reposo’).
No importa lo que diga el mundo contemporáneo, la verdad existe. Hay una realidad objetiva. Hace algunas décadas no era necesario establecer este concepto. La
existencia de verdades absolutas se daba por sentada. Sin embargo, hoy
vivimos en una época en que muchos creen que todo es relativo y que no
hay principios absolutos de moral. Pero la verdad existe... “¿Qué es la verdad?” (Juan 18:38). La profunda pregunta de
Pilato toca un tema de interés universal. En este artículo vamos a
destacar seis verdades que la Biblia enseña acerca de la Verdad.
La verdad existe La Biblia llama a Dios “Dios de verdad” (Salmo 31:5) y dice que Jesús vino a esta tierra “lleno de gracia y de verdad”
(Juan 1:14). Puesto que la verdad es una parte esencial de la
naturaleza de Dios y Jesús es la verdad en persona y vino a revelarnos
la verdad, podemos estar seguros de que la verdad existe. Hace algunas décadas no era necesario establecer este concepto. La
existencia de verdades absolutas se daba por sentada. Sin embargo, hoy
vivimos en una época en que muchos creen que todo es relativo y que no
hay principios absolutos de moral. Sus principios morales son muy flexibles, y sostienen que lo
que es verdad para una persona puede no serlo para otra. Pero esa no es
la perspectiva bíblica. Las Escrituras enseñan que hay verdades
absolutas que continúan siendo verdad, sea que uno concuerde con ellas o
no.
La verdad es un juicio o proposición que no se puede negar racionalmente. Todas las cosas que podemos ver todo el mundo son verdades.
Hay diferentes tipos de verdades:
- Las subjetivas:
Son aquellas con las cuales estamos más íntimamente familiarizados.
Son verdades que tenemos cada una de las personas. Una persona puede
decir que un comentario es verdad y otra persona puede decir que el
mismo comentario es mentira.
- Las objetivas:
Esta verdad es demostrable científicamente ya que es un hecho o
fenómeno que ocurre independientemente de la existencia del ser humano.
Son verdades comunes a todas las personas.
Esta claro que 1 + 1 = 2.
Por lo tanto, cada persona posee dos tipos de verdades, unas propias y otra comunes al resto del mundo.
La vasta mayoría de las iglesias cristianas en la actualidad enseñan la
observancia del domingo, el primer día de la semana, como un día para el
descanso y la adoración. Aun así, es generalmente conocido, y
libremente admitido, que los cristianos primitivos observaban el séptimo
día como día de reposo. ¿Cómo es que sucedió este cambioLa historia revela que pasaron décadas, después de la muerte de los
apóstoles, que un sistema político-religioso repudió el sábado de la
Escritura e instauró la observancia del primer día de la semana. Las
siguientes citas, todas de fuentes católico romanas, reconocen
libremente que no hay autoridad bíblica para la observancia del domingo,
que fue la Iglesia Romana la que cambió el sábado al primer día de la
semana.
En la segunda parte de este artículo hay citas de protestantes. Sin
duda, estos pastores, eruditos y escritores guardaron el domingo, pero
todos admiten con franqueza que no hay autoridad para el descanso
sabático en el primer día de la semana.
Ha empezado la implantación de chip no obligatorio en USA l Impacto Semanal l Noticias de Japón
Un video muestra el momento exacto,
en que una persona pasa a implantarse el Chip en la mano derecha. El
protagonista reveló por un segundo su rostro en cámara, y según un
informe ofrecido por Forbes, la persona que ha procedido al implante del
Microchip, fue parte de una conferencia llamada Toorcamp, realizada por
Hackers en una esquina de Washington.
En el video se puede
apreciar a Andrew (nombre que el pidió para su entrevista), quien es una
de las ocho personas que decidieron implantarse el Microchip en el
evento. Una estación montada al aire libre, ofreció los servicios de
implantación, por una cuota minima de 30 dólares, sin embargo, la
persona interesada en el sistema, debe de firmar un documento en donde
aprueba voluntariamente la implantación.
Le preguntaron a Andrew
cual fue su sentir al implantarle el Chip en la mano derecha, y el
respondió: "El dolor fue cómo un pequeño pinchazo, con una sensación
extraña de un cuerpo deslizándose en mi mano".
Hace algunos años hablar del fin del mundo era un tema casi
exclusivamente religioso. Parecía que los sermones de líderes
espirituales acerca del futuro eran demasiado catastróficos, desastrosos
y negativos ante los discursos progresistas y vanguardistas de los
sectores científicos de la sociedad. Sin embargo, hoy son los
ambientalistas, los ecologistas y científicos quienes están seriamente
preocupados por el calentamiento global y el cambio climático del
planeta, el cual ha provocado que hoy padezcamos cada vez más huracanes,
y más agresivos, así como más terremotos.
En 1945 se fundó el Boletín de los Científicos Atómicos1 por
científicos de la Universidad de Chicago, quienes habían trabajado en el
Proyecto Manhattan (la bomba atómica) y estaban seriamente preocupados
por el uso de la energía nuclear y los peligros de una inminente guerra
nuclear. En 1947 esta organización diseñó el Reloj del Juicio Final para
ilustrar los peligros de la energía atómica y otras armas de
destrucción masiva para la raza humana. Por la complejidad del momento
en el que se vivía, la hora del reloj se fijó con las 11:55 p.m. Hasta
el año 2006, el reloj ha sido ajustado diecisiete veces. Pero a causa de
los graves peligros del calentamiento global y de que ahora Corea del
Norte tiene también armas nucleares e Irán acumula cada vez más uranio,
uniéndose así al club de países armados con tecnología nuclear, el 17 de
enero de 2007 los Científicos Atómicos decidieron adelantar el reloj de
las 11:52 p.m., ajustado por última vez en 2002, a las 11:55 p.m. Con
eso advierten lo cerca que estamos de la destrucción del planeta.
¿De verdad ocurrirá el fin del mundo o acaso es un terror infundado?
¿Qué dice la Biblia en cuanto a la esencia del fin del mundo?
Algunos perciben que las profecías predicen una reunión de los
judíos en el tiempo del fin, la reconstrucción del templo en Jerusalén, y
una gran batalla que reunirá a muchas naciones en guerra contra Israel.
El 12 de julio, militantes de Hezbollah cruzaron la frontera entre el
Líbano e Israel y capturaron dos soldados israelitas. El día siguiente,
Israel dio inicio a una campaña aérea contra Hezbollah en el sur del
Líbano. Para el 6 de agosto, según las fuerzas de seguridad libanesas,
706 libaneses y 95 israelitas habían muerto. Muchos de estos eran
civiles. Israel también enfrenta acciones bélicas de parte de Hamás en
la frontera con Palestina.
Los lugares mencionados en todas estas noticias parecen haber sido
tomados directamente de la Biblia: Tiberias, Ascalón, Nazaret, Tiro y
Sidón, (incluso Irak es el nombre moderno de la antigua Babilonia), pero
la conexión podría ser aun más profunda. Muchos cristianos creen que las noticias del Oriente Medio podrían
ser evidencia de que la segunda venida de Jesús está a las puertas.
Algunos perciben que las profecías predicen una reunión de los judíos en
el tiempo del fin, la reconstrucción del templo en Jerusalén, y una
gran batalla que reunirá a muchas naciones en guerra contra Israel. He
aquí algunas enseñanzas fundamentales de las Escrituras al respecto.
El 17 de abril de 2012, el transbordador espacial Discovery,
transportado por un avión 747 de la NASA, pasó sobre la capital de la
nación a manera de saludo, antes de aterrizar en el Aeropuerto
Internacional Dulles, en Washington, D.C. Millares de personas hicieron
fila en el Paseo Nacional para captar una vislumbre del famoso
transbordador. Aplaudieron estruendosamente según el Discovery
circundó el Capitolio de los Estados Unidos y el Monumento a Washington,
y enfiló hacia el aeropuerto, al lugar de su descanso definitivo: el
Instituto Smithsoniano.
Los escritores especializados en aeronáutica espacial describieron la espectacular escena en estas palabras:
“La nave espacial con mayor cantidad de viajes en la historia despegó
en horas del amanecer desde Cabo Cañaveral, Florida, acoplada a un
avión jumbo. Tres horas después ambas dieron varias vueltas
alrededor de Washington a una altitud de 500 metros —fácil de divisar—
antes de aterrizar.
“La lista de logros del Discovery incluye lo siguiente: la puesta en órbita del telescopio espacial Hubble,
el transporte del primer cosmonauta ruso que tripulara una nave
estadounidense, el primer acoplamiento con la estación espacial rusa Mir
—cuando por primera vez una mujer ocupó un asiento en la cabina—, el
regreso al espacio del astronauta John Glenn, y fue la primera nave en
reanudar los viajes de los transbordadores después de los accidentes del
Challenger y el Columbia”.1
Es difícil imaginar que el Discovery haya recorrido
238.538.577 kilómetros (148.221.675 millas) en 39 misiones espaciales,
el equivalente de 310 viajes de ida y vuelta a la Luna. ¡Qué logro
asombroso! No es de maravillarse que tanta gente haya deseado dar un
último vistazo al transbordador espacial más famoso de los Estados
Unidos.
En
Hebreos 8:1, 2 dice que Cristo es ministro del santuario “que erigió el
Señor y no el hombre.” El versículo cinco dice que el santuario del
desierto servía de figura y sombra de las cosas celestiales. Una
comprensión del santuario de Moisés y sus servicios debe ayudarnos a
comprender la función de nuestro sumo sacerdote celestial.
El
santuario de Moisés tuvo tres divisiones: atrio, lugar santo y lugar
santísimo. El atrio representa la obra de Jesús en la tierra como
Mesías. En 1 Juan 5:6 dice que Jesús “vino mediante agua y sangre.” Esto
es una clara alusión al atrio del santuario del desierto. En el atrio
había dos muebles: el altar de sacrificios, hecho de madera de acacia
recubierta de bronce (Ex 37:10-16; 38:1,2) y el lavacro, hecho con los
espejos de bronce de las mujeres (Ex. 38:8). El
bronce nos habla de la humanidad de Jesús. En el lavacro se representa
el inicio de la obra del Mesías. Jesús fue bautizado en el rio Jordán
(Mt. 3:13) y derramó su sangre en el monte Calvario (Mt. 27:33). “Agua y
sangre” marcan el inicio y culminación del ministerio de Jesús como
Mesías en la tierra. El atrio prefiguraba la obra de Jesús en la tierra
durante su primera venida.